Se hace confuso el camino desde mis ojos hasta tu alma,
se vuelve frío el hueco de mi espalda donde tus manos en silencio descansaban.
Ya mis pasos no persiguen tus huellas,
y mi boca grita por lo bajo tu nombre...
Solo para no olvidarte todavía.
Que fuerza me queda en mis venas por haberte amado tanto...
Se quedó en mis labios el sabor del adiós que tu boca besaba...
Y una vez más me pregunto...
Que no hubiese dejado por seguir estando a tu lado.
Qué parte de mi amor no mereciste?
Cuál fue la mañana en que ya no desperté con tu aroma entre mis manos?
En cuál de todas tus ausencias empecé a sentirme acompañada?
Cuándo fue que comencé a echar de menos tu silencio?
Cuál fue la lluvia que ya no me vio corriendo por las calles, solo para llegar a verte...
Y hoy te observo ahí, en tu mismo rincón... y vuelvo a preguntarme...
En que fallé... que me quedó por darte?
Si todo lo puse en tus manos...
Y no podes ser culpable por no haber querido mi cariño...
La única responsable de este amor soy yo.
La que gritó con furia "No me dejes nunca"...
La que te esperaba cada tarde...
La que quiso meterse debajo de tu piel... sin pedir permiso.
Y ahora te observo, ahí... con tu misma calma
Y vuelvo a preguntarme...
Que no hubiese dejado... por seguir estando a tu lado?
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